Hoy hablamos
con Rocío, en un bar de palermo, de que hacia mucho que no escuchamos un
"te amo" dirigido a nosotras, hace mucho que un hombre no nos ama.
A la salida
nos separamos, ella fue a su casa y yo a tomar el subte B, donde me encontré
con esta historia:
Pasé por el
molinete advirtiendo que a mi lado un señor quedo trabado. Traía un
changuito y un bastón. Retrocedió yo le
agarré el changuito y volvió a intentar con éxito pasar al andén.
Ahí nomas me
empezó a hablar, me dijo que tenia 88 años, que había tenido empresa toda su
vida, tocamos el tema de la tarjeta sube. También me hablo del brusco cambio de
clima, y lo que mas me sorprendió fue:
-vengo de la
casa de mi mujer, todos los domingos me invita a tomar un cafecito y un licor
de chocolate y yo no me lo pierdo.
- Y como es
eso? ..están separados.... o....?
- Si, hace
mas de 30 años. Pero yo no puedo dejar de verla.
Le pregunto
porque se separaron y me dice
- Ella me
dejó de amar.
Llego el
subte y muy caballero me hace señas que pase yo primera.
-Ella era
profesora de historia y le iba muy bien, hasta que un dia no se de donde lo
sacó, pero se puso a estudiar turismo, y en la agencia que la contrataron le
propusieron que cada diez clientes que trajera ella viajaba gratis. Y empezó a
viajar por todo el mundo.
La primera
vez que consiguió los diez clientes, yo supuse que ibamos a viajar a juntos,
pero no. Ella se armó el viaje para ella sola y me dejo los chicos a mi
cuidado. Esperé que me diga algo, pero nada, es mas invitó a una amiga. Ese día
en el que se fue, yo me quedé encerrado en el baño mostrando mi enojo, y nada.
Me saludo de afuera, yo ni salí.
- Pero como
no le dijo nada!, nada, nada le dijo?
- Nada.
Y cerró los
ojos haciendo movimiento de "no" con la cabeza.
- Pasados
unos años, yo había comprado un departamento para mi hijo, que luego no usó, y ella me dijo que quería irse
a vivir allí sin mi.
- Nooo....y
usted que le dijo?
- Nada.
- Otra vez
nada?
- Nada. Mi
querida al amor no se lo puede forzar.
-...........
- Es tan
linda, charlamos tenemos tanto en común...y siempre me espera con el licorcito.
- Y así
usted es feliz?
- Claro que
si, porque yo si la sigo amando. No se bajaba en Callao mi querida?
Me dio la
mano y me apretó fuerte. Me agradeció la ayuda y que lo haya escuchado.
Casi le
cuento eso de que hace rato que no me aman, pero me bajaba en Callao.