domingo, 9 de septiembre de 2012

Monumental

Comentando con el Chino Dombrosman el empate de River con Ñuls, me vino a la memoria la primera vez que fuí a una cancha de fútbol. 
Claro fue con mi papá y claro a ver a River.
1975, yo tenia 9 años, mi viejo fanático enfermo de River Plate, compró dos plateas, dijo que me llevaba para que "le traiga suerte". 
Nerviosa ante semejante compromiso (aunque me tenía fe), y muy feliz por que no había mejor plan en el mundo que salir con mi papá. Lo que no sabía era que River se jugaba el campeonato, después de 18 años consecutivos de no ganar.
Con gorro, bufanda y bandera, salimos de casa de la abuela en el Dodge 1.500 blanco, pasamos a buscar a "Chuenga" que nos esperaba en una esquina con una bolsa llena de caramelos hechos en su casa, los hacía con toda la familia y luego los vendía en los partidos; era un tipo muy conocido en las canchas, pero sobretodo era amigo de mi papá. Me dejo chuengas en los bolsillos y por todo el auto.
Estacionamos el dodge a varias cuadras de la cancha, y Chuenga ni bien puso un pie en el suelo empezó a gritar Chuengaaaaaaaaa y nos dejo solos.
Papá me agarraba la mano fuerte y al entrar a la cancha me dijo que si nos perdíamos no hable con nadie, que directamente nos encontrábamos en esa puerta.
Había mucha gente, la platea se veia altísima para mi altura de aquel entonces. Papá fumaba mucho, gritaba, y yo rodeada de hombres aprovechaba para gritar también como uno más.
En cada gol papá me abrazaba y me revoliaba por el aire y en el mismo aire me atajaba con un beso,
-Grande ñatita!!! me decía.
Gracias a mí River rompió una racha de 18 años ese 15 de agosto de 1975, quizás a ustedes les cueste creerlo, pero me lo dijo mi papá.

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