sábado, 7 de julio de 2012

Multiples aplicaciones


Ponerse Jogging un domingo si no se va a hacer ejercicio, me resulta muy deprimente, pero hoy igual lo hago.
Si le sumo ir a Coto con el 15% de descuento en todas las tarjetas y está nublado más aún.
Necesito unos guantes de cocina de color naranja, agarro mi changuito fashion y voy así antisexy pero desafiante, total con joggineta soy linda igual. Ni yo me lo creo.
La depresión causada por el uso de joggineta me hace aflorar lo peor de mi, y me pongo a ordenar todo el sector "de blanco", fundas de almohadones y las aguas saborizadas Ser, hasta que uno de los empleados me mira con cara de "Coto yo te conozco...sos la loca que viene a ordenar las góndolas", y me retiro del sector aguas antes que me diga nada.
Me doy cuenta que muchas góndolas las tengo auto-vedadas, a saber: sector carne paso corriendo por que me da frio y asco, sector vinos: lo salto por que no tomo alcohol, sector enlatados: no consumo enlatados ni congelados, perfumeria soy fan de farmacity y no lo traicionaria ni aun con el descuento de hoy.
Para que vine a parte de para ordenar?, ah, para lo guantes, y me interrumpe el pensamiento una mujer alteradísima que decia Acá mamá, acá, acá es la cola mamá, acá!! que suerte que vine sola, porque si le sumaba a mi madre hoy, esto terminaba mal.
La última vez que vine con ella, y pague sus compras y las mias, me dio un beso, y me dijo que Dios te lo pague, no se rió, se ve que no era un chiste.
No necesito azúcar, pero me da bronca el cartel que dice que se pueden llevar sólo dos por persona, y me pongo a pensar maneras de como engañarlos y llevar mas de dos. Sector golosinas lo salteo, y con 18 productos me pongo a hacer la cola en caja rápida de 15 productos como máximo, por 3 más si me discuten le devuelvo los arroz con leche, que los compré pero siento culpa de haberlo hecho.
La señora de adelante mío, luce joggineta y está mal teñida, se ató el pelo con un gancho, esta muy fuera de peso, no tiene bien la dentadura, usa zapatillas marrones sin medias y su changuito es un espanto atigrado blanco y negro, me miro en ese espejo del terror y ruego a Dios, ese, el que me paga las deudas de mi madre, no parecerme en nada a esta señora, pero la joggineta dominguera nos hermana.
En su canasta de mano, lleva un Tofi, 3 cajas de pilas y un masajeador corporal, liviano, de fácil uso, vibrador para "multiples aplicaciones".
Miro el masajeador y la miro a ella a los ojos, como si yo fuera una monja atribulada por mi pensamiento obsceno y quiero reprobrar su compra como una tilinga, pero ella lo mira, me mira y me sonríe muy pícaramente, moviendo la cabeza.
Me sentí tan boba y represora, que me salió una sonrisa estúpida.
Cientochenta y cinco con veinte con el descuento, me dice el pibe de la caja, mientras la cajera de al lado termina de probarle el masajeador que hacia un ruido tremendo.
Salimos casi juntas.
Yo con cara de culo porque me di cuenta que compre cualquier cosa menos los guantes naranjas y ella con una sonrisa de oreja a oreja.
Entendí que se habia puesto joggineta porque ella si, iba a hacer ejercicio.

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