martes, 14 de agosto de 2012

Alma de gitana



Verano, calor, en mi jardín acostada boca arriba en la reposera con mi bikini a lunares amarillos, sol y aceite Johnson , y la manguera meta desperdiciar agua.
Abro un solo ojo y veo un hombre descendiendo por el alambrado que separa mi casa de la de al lado. Abro entonces los dos, y a la misma vez pego un grito tan fuerte que lo empuja al tipo hacia la casa vecina de nuevo.
Me trepo y me asomo para entender que esta pasando en la casa que estaba en venta hace meses, que ahora habitan vecinos tan sociables que se pasan a casa sin avisar.
Sogas con ropas tendidas, varios niños corriendo y gente desconocida tomando mate, dos me señalan a mi, uno de ellos el intruso que vi con un solo ojo. Le pregunto: que onda? te pasas a mi casa flaco?, mi mirada era más que intimidante, pero se cagó en eso y me dijo: “ Si y que?”.
Soy de armas tomar, y me tengo mucha fe en situaciones de esta naturaleza.
Di vuelta a la manzana dispuesta a tocar timbre para charlar con ellos y pedirles que no se metan conmigo, pero el cíclope intruso estaba en la puerta, charlando a todo celular con alguien a quien le decia: “nos estan jodiendo. Traé los papeles.”
Empiezo a hablarle y me manda a la mierda.
Prefiero ir a casa.
Sintiéndome totalmente indefensa  miro mi teléfono pensando si el 911 era el número para emergencias en Bs As, o si de tanto mirar series yanquies me estaba confundiendo y era el número de emergencias en el estado de la Florida.
Marco 911, me atienden de la policía y dicen que me mandan un móvil.
Vuelvo a salir, veo  varios vecinos  en pie de guerra contra los ocupas, que eran malísimos y muy mal arriados. Pero el intruso me tenía marcada y entre tanto vecino mala onda, era a mí a quien miraba. A mí que soy tan buena.
Alguien había llamado a la empresa de seguridad que “cuidaba “ la casa, “Total securité” , que no es ni muy buena ni muy total, pero ahí estaban,  dos tipitos acodados en el capot de un 147 beige, con las puertas abiertas,  con cara de muy tranquilos y uniformados.
Al segundo cae la policía.
El mas gordo de los dos seguridad se me acerca y me dice:
-usted es la que llamo a la cana?,
-si señor fui yo,
-y para que la llamó?
Le cuento porque tomé esa desagradable decisión. Se me acerca aún más y con aliento a matecocido  me dice al oído:
-          para qué llamó señora?….para qué llamó?….esto lo arreglamos nosotros en dos minutos.

Me dio más miedo el gordo, que los 30 ocupas que ya estaban con palos atrás de la reja y no bajaba ninguno de los 20 años.

Llega “el de los papeles”.
 El cana los lee y dice “es un contrato de alquiler, así que no podemos sacar a nadie. Tiene que venir el dueño”. Se suben al patrullero y así de desganados como llegaron así se fueron.
Los de Total securité, nos evacuan a todos los vecinos, pero yo no hago caso y me quedo en la esquina, no sea cosa que tenga que ir a socorrer a los ocupas que yo misma había denunciado.
De que lado estás? Me pregunté.
De contramano y hechando humo llega un Mercedes Benz color dorado, modelo antiguo. Se bajan 4 gitanos enormes, con pelo largo, camisa negra,  cadenas y anillos de oro, y unas caras que me ubicaron enseguida de que lado estaba yo. Del de ellos sin duda alguna.
Abrieron el baúl, y sacaron armas, bates de beisbol, y algo así como herramientas pesadas. Entraron sin ser invitados a pasar rompiendo la reja.
Desde de la esquina escuchaba puteadas, golpes, gritos y de repente salía la gente como en los dibujitos animados despedida  volando por los aires, y atrás de ellos su ropa, bolsos y alguna que otra zapatilla sin par. A lo último las mujeres con los pibes, ambos intactos.
Los dos de Total securité, con los brazos en jarra, observando. Yo estaba igual  varios metros más atrás.
No quedo nadie. Nada, ni nadie.
Los gitanos cerraron la reja con una cadena. Se sacudieron las manos como sacándose el pólvo, se subieron al mercedes y desaparecieron, sin un rasguño.
El gordo de seguridad, gira, me mira, sube las cejas y me hace una cara de canchero con una leve inclinación hacia el hombro.
Y me deja sola, en la esquina, preguntándome: paraqué llame a la cana, paraqué?

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